Rayos UV: Cuídate de sus Efectos
Tal vez ya hayas escuchado, incluso cientos de veces, que es súper importante cuidarnos de los famosísimos rayos ultravioleta (UV), pero, ¿sabías que hay diferentes tipos de rayos UV que causan distintos niveles de daño?
Los UV-A, por ejemplo, son los que penetran hasta la dermis, que es la capa más profunda de la piel, ocasionando no sólo envejecimiento prematuro como arrugas, pigmentación y deshidratación, sino que también pueden causar daño en las células de la piel, lo que a la larga puede producir melanoma (cáncer de piel). Por otra parte, los rayos UV-B se mantienen la primera capa de la piel, la epidermis, y son los causantes de las dolorosas e incómodas quemaduras solares, desde el enrojecimiento hasta el proceso inflamatorio. Los rayos UV-B también son los principales causantes de cáncer de piel y pigmentación visible, que se manifiesta como las pequitas y las manchas que tanto tratamos de evitar. Estos dos son los rayos “más populares” porque no sólo nos afectan al estar en contacto directo con el sol, sino porque también estamos expuestos a ellos dentro de la casa, los restaurantes y en la oficina, ya que logran atravesar ventanas. También rebotan en el agua, el pavimento, la nieve… y por eso siempre, siempre, ¡siempre! estamos expuestos a ellos, incluso hasta en los días más nublados. Finalmente, existen también los rayos UV-C, que son casi completamente absorbidos por la capa de ozono. Así que, mientras el hoyo en la capa de ozono no crezca, nos podemos despreocupar de ellos por el momento.
Para protegernos de los rayos UV, es obvio que no nos podemos encerrar en una cueva, pero sí podemos ponernos en acción y cuidarnos de manera consciente y constante. La buena noticia es que existen muchísimos productos y tratamientos para hacerlo.

Lo principal
Si aún no tienes un bloqueador solar con un buen FPS (factor de protección solar, o “SPF” por sus siglas en inglés que significan “sun protecction factor”), llegó el momento de adquirir alguno. Existen un sinfín de marcas, aplicadores y texturas diversas para todo tipo de piel, desde las más sensibles, hasta las más grasas. No existe pretexto alguno para no tener el tuyo. Sólo olvídate de la crema blanca, espesa y con aroma a playa de hace 15 años por favor…
Tooodos los días, aunque estés en tu casa, aunque esté nublado, aunque pienses “sólo voy al súper”, aplícate, como paso final de tu rutina de skincare, y antes de cualquier producto de maquillaje, un FPS con al menos 30+ de protección solar (y ¡qué mejor que fuera del 50+!). Lo mismo aplica para los hombres y, por supuesto, para los niños. ¿Sabías que las quemaduras solares severas antes de los 20 años incrementan en un 80% la posibilidad de desarrollar melanoma? Así que hay que generar conciencia desde chiquitos para hacer del FPS un aliado clave de tu salud y, ¿por qué no?, de tu belleza.
Acumula
Si tu crema hidratante o productos de maquillaje tienen FPS, ¡padrísimo! Las capas funcionan para mayor cobertura de protección, pero nada sustituye el protector original, así que no dejes de aplicártelo nada más porque tu base dice que tiene FPS 15.
Reaplica
Si vas a estar en contacto directo con el sol, ya sea en la playa, caminando en la calle, en una terraza, andando en bici o en un partido de futbol, reaplica el protector al menos cada 2-4 horas. Existen versiones mini que puedes llevar contigo a donde sea, polvos traslúcidos o brumas faciales súper ligeras que facilitan la re-aplicación, incluso encima del maquillaje, sin causar un batidero.
Tu aliada
Tener una rutina completa de cuidado de la piel es muy importante para mantener un aspecto saludable y glowy. Utiliza sueros, cremas faciales y de contornos de ojos que hidraten y nutran tu piel. Tampoco te olvides de limpiarte a profundidad cada mañana y noche para evitar la acumulación de grasa, suciedad y partículas invisibles que vamos agarrando del ambiente.
Si te expusiste al sol y sientes o ves los efectos en tu piel, hidrátate muchísimo y aplica con especial atención hidratantes faciales y corporales para intentar contrarrestar los efectos superficiales de los rayos UV-B.
